EN DEFENSA DE LA CONDUCCIÓN:






       Voy a posicionarme completamente en contra de la estigmatización que se ha hecho de la conducción del balón. No tengo intención de negar los beneficios de establecer un sistema de pases en corto y rápido, a uno o dos toques, que nos permita ir progresando en el campo hasta alcanzar el objetivo de llegar a la portería contraria. 

Pero me gustaría dejar claro que 'pasar rápido no siempre es pasar bien' y no siempre nos 'conduce' a una situación mejor.

       Si nos encontramos en un enfrentamiento en igualdad numérica, debemos suponer que a cada jugador nuestro le corresponde una marca de un jugador rival. Por tanto si recibimos el balón y tenemos espacio para conducir el balón, esto implica que no habrá compañero disponible, es decir, libre de marca, para poder jugar el balón con él. 

       Desde este planteamiento teórico no podemos más que concluir, que pasar el balón a un compañero teniendo nosotros espacio por delante para conducir el balón, es trasladar el balón hacia una situación que nos supondrá un empeoramiento de la posesión.

      Me parece muy sano inculcar a los jugadores este matiz, en el que pasar el balón rápido es beneficioso ante una oposición
directa de un rival, ya que la decisión de intentar abordar o regatear o sobrepasar a nuestro oponente, siempre va a ser una decisión más peligrosa que pasar el balón a un compañero que esté libre de marca.



Pero si el jugador que recibe la pelota tiene espacios por delante, esto normalmente va a implicar que no tiene situación clara de pase, puesto que su libertad de marca conlleva en la mayoría de ocasiones, el marcaje de todos su compañeros.



Es por eso que abordo desde esta publicación la defensa de la conducción del balón, al menos hasta que recibamos una oposición que en principio no estuviéramos teniendo. Si recibimos el balón con espacios, y en lugar de aprovechar esos espacios y ocuparlos con el balón en los pies, decidimos pasar rápido a otro compañero, estaremos deshaciendo cualquier posibilidad de progresar en buenas condiciones.


Por tanto la máxima que proponemos aquí es la de "si se recibe la pelota con espacios por delante, ocupa esos espacios hasta recibir una oposición clara; Una vez se tenga la oposición clara de un rival, es cuando ya sí debemos buscar el pase al compañero que se estará quedando libre", en esa rotación de marcajes que estará llevando a cabo el equipo contrario.


El pase rápido y los problemas de autoestima en jugadores de fútbol base


A nivel de fútbol base, me gustaría avisar de una situación que en el uso del pase rápido como vicio, está recubriendo otro tipo de problemas del jugador que tienen que ver con la presión, la responsabilidad y la falta de autoestima.


El jugador acomplejado o con baja autoestima, tiende a sentirse de más en el juego, y cuando recibe el balón cree estar una situación de protagonismo que no le corresponde, con lo que acabará quitándose el balón de encima de la manera más rápida posible. Llegados ya a este punto, creo que he tumbado por completo la idealización del pase corto y rápido como recurso indudablemente beneficioso.


Al futbolista que se quita el balón de encima de cualquier manera, que cuando recibe no recibe un balón sino una patata caliente, es al que hay que especificarle con más énfasis que a ningún otro, esta explicación con respecto a los beneficios de la conducción. Y habrá que trabajar desde esta situación sus complejos o problemas de autoestima con respecto al resto de compañeros.


Tener el balón en los pies conlleva la responsabilidad de tomar decisiones, otro de los motivos por los cuales existen jugadores que no quieren tener el balón en los pies es este, la negación de querer tomar responsabilidades, que como he explicado antes, puede venir como consecuencia de problemas de autoestima y complejos de inferioridad con respecto a los demás compañeros; O puede venir simplemente como consecuencia de un estado de inmadurez, aunque paradójicamente en el otro extremo, tendremos a una inmadurez cargada de vanidad, que no suelta el balón ni aunque le amenaces con una pistola. :P



Es labor del entrenador de base, hacer que todos sus jugadores se sientan importantes y necesarios, y que ninguno de ellos entre en esta situación de pánico cuando tiene la responsabilidad del balón en su posesión. Una de las medidas que se debe tomar, es la prohibición del reproche hacia ningún compañero ante una mala decisión que ha tomado en posesión de la pelota. Existen personas más aprensivas que otras, y el simple reproche de "por qué no la has pasado", "pásala antes", "eso que has hecho está mal"... hay jugadores a los que le pesa lo suficiente estos reproches como para acabar compensándole la actitud de pasar rápido, o no de no querer jugar ellos, o preferir no sentirse parte del juego. Al compañero siempre hay que apoyarlo, sobre todo tras las malas decisiones.



Para explicar esto me gusta usar un ejemplo de otro deporte como es el baloncesto, en el que es condición necesaria en cualquier equipo profesional de este deporte, chocar la mano con el compañero tras el lanzamiento de un tiro libre, indistintamente de si el tiro libre ha entrado o no, o me atrevería a decir que chocar la mano del compañero con más vehemencia si cabe, si el compañero ha fallado el tiro libre. Esta actitud de incondicionalidad de todos los jugadores de un mismo equipo, es necesaria inculcarse para que el jugador pueda tomar decisiones libremente, sin sentir la presión del reproche de sus compañeros en caso de equivocarse.

Es por eso que concluyo esta exposición sobre los beneficios de la conducción del balón, siempre y cuando se tengan espacios por delante, y la obligación de sentir a todos los jugadores de tu equipo, sobre todo a aquellos con la autoestima más baja, tan partícipes de la construcción de la jugada como otros cualesquiera.


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